Un viaje blanco.
Todo comenzó a las cinco y cuarto de la mañana. Ya estaba ahí esperándome, gargado de amigos e ilusiones alrededor. Todos con mil ganas de conocer el frío deportivo y el placer de sentir cómo cruje la nieve con solo pisarla.
He realizado esta excursión cada año que nos han dado la oportunidad y estos sentimientos se viven una y otra vez.
Cabe decir que cada persona que lea esto está totalmente obligada a deslizarse por las pistas de Sierra Nevada con nosotros, porque es una sensación realmente maravillosa.
Alejandra Azorit Sánchez. 1º Bachillerato A